El otro día una de mis clientes, me escribió preguntando por la muestra
de un producto en particular. El asunto es que no encontraba la muestra y me
preguntó si recordaba cual era, yo no estaba 100% segura de cual le había dado,
pero sí tenía una idea de cuál podía ser, así que le envié la foto de la muestra
y le dejé saber mi poco de duda. Luego al rato me escribe y me dice que le
interesa comprar el producto en su tamaño original. Como para ese punto estaba casi segura de cuál
era el producto, le envié la foto con la oferta del mismo en la campaña actual
y de la campaña que viene y le hice la salvedad de que si encontraba la muestra
y que efectivamente ese era el producto, que me dejara saber si quería el producto ahora o para
la próxima, o si era otro de igual manera, para buscarlo y dejarle saber si estaría disponible. Al
pasar las horas me escribe nuevamente y me dice que sí, que ese era el
producto, y que me lo va a mandar a pedir para la campaña que viene. Y pensando
en eso fue que me inspiré en hacer esta reflexión, se que si le hubiera dicho a
esa cliente, desde un principio que su muestra era de x producto cuando no
estaba segura y resultaba ser otro, iba quedar como una consultora deshonesta,
irrespetuosa y como dicen en mi país: “afrentá pa’ los chavos”. Sé que mi
honestidad con ella en este caso, ayudó a que finalmente, cuando encontró su
muestra decidiera desde ya mandar a pedir su producto particular para la
próxima campaña.
Llevo 10 años en el servicio
al cliente gracias a cuatro trabajos que he tenido: primero de Terapeuta de
Masaje a domicilio, luego como cajera, después en el tiempito que estuve de
Representante de Ventas y finalmente ahora como Consultora de Ventas y Belleza.
Y si algo he podido confirmar una y otra vez es que con Respeto y Honestidad se
Gana Más. Ya sea que vayas a brindarle una terapia a alguien o a venderle un
producto, es importante que el cliente pueda percibir tu respeto y honestidad
hacia él o ella. Sin importar si el cliente es nuevo o te ha comprado desde que
empezaste, trata a tus clientes siempre con respeto, honestidad y amabilidad. Si
por ejemplo: el producto que la persona quiere no está disponible y lo sabes,
no le digas que sí está para luego quedar mal. Mejor dile la verdad y amplia
sus opciones. Puede que en el momento no pueda comprarte, pero puedes estar
seguro, que lo hará en una próxima ocasión. Ser respetuoso y honesto con tu
cliente es beneficioso, porque no solo estas asegurando a un cliente fiel y/o
frecuente sino que cuando una persona se siente bien en un negocio o con un
consultor o representante de ventas por su trato es muy probable que te recomiende
a otros. Se gana más siendo así, porque es mejor no ganar miles en venta y
tener tu mente tranquila sabiendo que vas a seguir adelante con tu
negocio/trabajo por tu respeto, honestidad y amabilidad con los clientes.
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